Brazo ejecutor de las más grandes afrentas que recibieron los cuerpos de los héroes argentinos luego de haber caído en combate durante la guerra de Malvinas librada contra Gran Bretaña por la recuperación de las islas durante el año 1982; el excoronel ingles Geoffrey Cardozo se propone venir a nuestro país con el propósito de dar charlas por la paz. Así lo publicó el pasado miércoles el diario UNO Entre Ríos del grupo Vila-Manzano.
Cardozo representa lo más asqueroso, ruin, mentiroso y retorcido de la diplomacia británica; dado que luego de retirar los cuerpos de los soldados caídos en combate, remover sus tumbas, enterrarlos en lo que hoy conocemos como cementerio de Darwin y en ese proceso perder los nombres de 123 soldados de los 237 allí sepultados; logró engañosamente con los años, convertirse en un supuesto humanista interesado por la recuperación de las identidades que él mismo se encargó de extraviar.
Las acciones del exmilitar ingles no son fáciles de entender si no se conociera que en esa decisión tomada por la exprimer ministra Margaret Thatcher en agosto de 1982 y ejecutada por Cardozo en el verano de 1983; Gran Bretaña violó las convenciones de Ginebra -de la que ella misma también fue impulsora luego de la Segunda Guerra Mundial-; que establecen que, donde cae un soldado, en ese lugar debe erigirse su tumba.
En el caso de la guerra de Malvinas, motivada por el pedido de los estancieros ingleses de la colonia británica en las islas, que se negaban a que en las tierras que usurpan hubiese tumbas de los soldados argentinos; Thatcher ordenó el retiro de los cuerpos y trasladarlos fuera de la vista de los colonos.
Cardozo en las Islas Malvinas en el verano de 1983.
La orden se cumplió con aberrante perfección; se dispuso la construcción de un cementerio en el lugar más inhóspito de la Isla Soledad, lejos de cualquier camino en que su presencia perturbara la vida bucólica de la población implantada. Así fue que las ventosas planicies de Darwin cumplieron con esas premisas.
En ese proceso tan deshumanizado, de sacar, trasladar y enterrar a los héroes argentinos incumpliendo con la más alta legislación internacional en cuanto al tratamiento que debe otorgársele a los muertos en batalla; en menos de un mes fueron sepultados 237 héroes, de los cuales 123 se hicieron sin identidad, sin conocerse sus nombres; para luego aparecer en lapidas que llevan la leyenda: “soldado argentino solo conocido por Dios”.
La profanación de las tumbas y la violación a las Convenciones de Ginebra fueron denunciadas por los familiares de los héroes, como el caso de Norma Gómez y Blasa Reyes; por el Centro de Excombatientes Islas Malvinas de la Plata (CECIM) y por el exministro plenipotenciario de la Cancillería Argentina Guillermo Rossi, miembro histórico de la Dirección General de Malvinas e Islas del Atlántico Sur del Ministerio de Relaciones Exteriores, quien participó en más de 25 reuniones de negociación con el Reino Unido y en 18 de ellas como Jefe de Delegación.
Según informó UNO Entre Ríos, Cardozo “ahora anhela conocer puntualmente Paraná. La inquietud nació tras el contacto con Sandra Villalba, quien trabaja en la Dirección de Veteranos de Malvinas de la Municipalidad” de Paraná luego de una “amistad con Geoffrey” que “se fue forjando a través de redes sociales”.