La primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, informó la semana pasada su decisión de iniciar una campaña para realizar un nuevo referendum para una eventual independencia de Gran Bretaña, a realizarse durante 2023.
En una comunicación realizada desde Edimburgo, capital de Escocia, Sturgeon anunció la nueva consulta, concretando una propuesta surgida en el mismo momento de formación de su gobierno, como resultado de las elecciones de 2021.
La dirigente escocesa lanzó la campaña oficial flanqueada por el colíder de los Verdes, Patrick Harvie, cuya alianza le permite ostentar mayoría de votos en el Parlamento escocés. Ambos se reconocieron optimistas respecto del futuro de la propuesta.
“El Parlamento escocés tiene un mandato democrático indiscutible y tenemos la intención de honrar ese referendum” afirmó Sturgeon, al frente de un país en creciente discrepancia con Inglaterra, sobre todo luego del Brexit.
La líder del Partido Nacional Escocés se entusiasmó en que Escocia está “incluso mejor preparada ahora para la independencia” en comparación con 2014, cuando la oposición al independentismo fue del 55%.
“Escocia solo será independiente cuando la mayoría de los que viven aquí lo voten”, continuó, revelando que su presunción es que ese escenario sería posible finalmente el año próximo.
Claro que el principal obstáculo, más allá de los eventuales resultados del referendum, es la autoridad británica, personalizada en el primer ministro Boris Johnson, con quien se dispone a confrontar todo lo que sea necesario: “Si el Gobierno británico tiene algún respeto por la democracia, el asunto de la legalidad estaría más allá de cualquier duda como ocurrió en 2014”, sostuvo enfática.
Fuentes:
Por Esto
Escenario Mundial