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OTAN: el regreso de la amenaza nuclear

Los planes expansivos de OTAN causaron el retorno de las bombas atómicas a la agenda internacional. En un retroceso hacia las narrativas de la guerra fría, los principales líderes mundiales han indicado que no dudarán en utilizar estas armas de destrucción masiva si se traspasan sus “líneas rojas”.

12 de noviembre de 2022 12:28

Fuera de su espacio geográfico, la OTAN incrementa en el Atlántico Sur; una exagerada presencia militar en las Islas Malvinas.

La sombra de la guerra nuclear se proyecta sobre el mundo una vez más. De la mano de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la posibilidad de una escalada militar entre las grandes potencias mundiales se ha vuelto a instalar en la discusión pública. Sin importar que se trate de una estrategia retórica o una respuesta protocolar, el regreso de esta amenaza significa un punto de giro para las relaciones internacionales y los escenarios políticos del futuro próximo.

La escalada de tensión que comenzó en 2022 tuvo su disparador con el intento de agregar a Ucrania en la alianza militar del norte, para instalar bases nucleares sobre la frontera con Rusia. Tras una larga rueda de negociaciones fallidas, la Federación Rusa emprendió una intervención sobre territorio ucraniano, que trajo consecuencias económicas recesivas a nivel global. Con apoyo de la OTAN, que facilita logística y materiales militares al bando ucraniano, este enfrentamiento se ha sostenido hasta la actualidad.

Si bien las raíces del conflicto se remontan más de una década hacia el pasado, con el estallido civil de 2013 y la posterior anexión rusa de Crimea, la situación escaló drásticamente a finales de septiembre cuando el Presidente Vladimir Putin señaló a la OTAN como una fuerza neocolonial y la responsabilizó por la desestabilización del espacio post-soviético. En esta pronunciación, cuyo tema central era la anexión de nuevas regiones, Rusia advirtió a occidente que podría recurrir a las armas nucleares para defender su perímetro.

Como respuesta el jefe diplomático de la Unión Europea, Josep Borrell, aseguró que su bloque contestaría al empleo de arsenal nuclear con la aniquilación absoluta del ejército ruso. Por su parte, la Casa Blanca aseguró “consecuencias catastróficas” para Rusia en caso de realizar un ataque nuclear sobre Ucrania, aún a pesar de las declaraciones del Presidente Joe Biden quien durante su presentación en Naciones Unidas sostuvo la necesidad de evitar un enfrentamiento de estas características en Europa del Este. Sin embargo, la conducción de OTAN decidió realizar ejercicios militares cerca de la región para adiestrar a sus fuerzas en ataques nucleares.

 

Una “otanización” de costa a costa

Del otro lado del mundo, en el hemisferio oriental, la organización liderada por Estados Unidos buscó replicar sobre la zona del indo-pacífico una alianza militar a imagen y semejanza de la OTAN para “contener el avance de China”. Este bloque, creado en septiembre de 2021, fue presentado como AUKUS ya que integra a las armadas de Australia, Reino Unido y Estados Unidos.

El primer objetivo planteado por AUKUS consiste en equipar a Australia con una flota de submarinos nucleares, buscando incrementar su presencia sobre las aguas internacionales para convertir al país de Oceanía en un sheriff del Pacífico. Este anuncio tomó por sorpresa a la administración de la Unión Europea, ya que Australia tenía comprometida con Francia la compra de 12 submarinos convencionales. La suspensión de este contrato por 90 mil millones de dólares fue catalogada por los europeos como una puñalada de los países anglosajones, y el proyecto fue denunciado ante Naciones Unidas por constituir una violación hacia el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares.

De acuerdo con el convenio, al que las tres naciones de AUKUS adscriben, los países con capacidad nuclear bélica se comprometen a no propagar esta tecnología hacia los Estados que no la han desarrollado; así como los países que carecen de este tipo de armas aceptan que no buscarán desarrollarlas ni obtenerlas. Aunque la nueva alianza perdió el apoyo de la comunidad internacional, donde sufrió un serio revés frente a la Agencia Internacional de Energía Atómica, todavía no ha desistido en su ambición por sumar a otros países del hemisferio oriental para convertir a AUKUS en un poder equivalente al de la OTAN en el norte global.

 

También en Malvinas

Contrario a lo que se sostiene desde la narrativa “defensiva” o “disuasiva” de la OTAN, su regreso a un escenario de guerra nuclear forma parte de una política unilateral. Tal es la situación actual de Argentina, donde la alianza militar mantiene en aumento la capacidad militar, utilizando su posición estratégica sobre el territorio usurpado en las Islas Malvinas.

 

Informes desclasificados en los últimos años demuestran que Inglaterra movilizó armas nucleares al Atlántico Sur durante el conflicto de 1982; un arsenal que había obtenido de la OTAN, con el propósito de cubrirse ante un eventual enfrentamiento contra la Unión Soviética. Tras la guerra, el enclave militar instalado sobre el archipiélago austral continuó manteniendo la presencia y el patrullaje de buques con capacidad nuclear por parte de la cúpula de la OTAN, asegurando su control de la región atlántica y antártica frente al avance de nuevas potencias globales como Rusia y China.

 

FUENTES:

Agenda Malvinas

Deutsche Welle

Russia Today

France24

Por Agenda Malvinas

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