En el marco de dos expedientes diferentes que se tramitan en el juzgado Federal la ciudad de Río Grande por denuncias de torturas de altos mandos del ejército contra soldados argentinos durante la guerra de Malvinas, el juez Federico Calvete y la jueza Mariel Borruto, ordenaron al ex oficial del Ejército Jorge Taranto, se abstenga de hostilizar a las víctimas y querellantes.
La prohibición se generó luego de un cruce por redes sociales donde la vicepresidenta Victoría Villarruel criticó Ernesto Alonso, integrante del Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas de La Plata, a lo que sumó Taranto con una amenaza suspicaz y una especie de escrache.
El dictamen judicial indica que el militar acusado de torturas “deberá abstenerse de tomar contacto de manera personal o por interpósita persona y/o por intermedio de telefonía, correo electrónico, redes sociales y/o servicio de mensajería, con las víctimas en los presentes actuados y la totalidad de las querellas admitidas y particularmente con los integrantes del CECIM de La Plata”.
El secretario de Derechos Humanos del Centro de Ex Combatientes (CECIM) de La Plata, Ernesto Alonso, había cuestionado en la red social X a la vicepresidenta y a partir de allí se generó un cruce que terminó con la prohibición para Taranto.
“El doble discurso de Victoria Villarruel. Por un lado, reconoce que el Crucero General Belgrano fue hundido fuera de la zona de exclusión y es vicepresidenta de Javier Milei, que adora a Thatcher y juntos promueven la entrega del patrimonio nacional, los bienes naturales y la extranjerización de la tierra”, expuso en sus redes Ernesto Alonso.
La respuesta de la funcionaria nacional no se hizo esperar y fue directamente a la agresión: “Vos sos una vergüenza para los veteranos de Malvinas. Un soldado funcional a los enemigos de la Argentina. Como hija de un veterano, todo mi repudio a los que como vos usan la sangre de los héroes para hacer política partidaria”.
A esto se sumó, el ex militar acusado de estaqueamientos a sus propios soldados durante el conflicto bélico de 1982. “Estoy calentando motores. Este es Ernesto Alonso, el autor intelectual de las falsas denuncias de Malvinas”, amenazó Taranto, y difundió fotografías de Ernesto Alonso.
Vale remarcar que Taranto se vio beneficiado por la prescripción en una causa por torturas pero tiene otras imputaciones aún pendientes de resolución judicial.
Ante el “escrache” del acusado de vejámenes a sus compatriotas subordinados, el CECIM denunció la situación en la Justicia Federal de Río Grande, donde se tramitan las causas. “Taranto puede odiar a Cristina Fernández, pero eso no lo hace menos estaqueador”, expone la denuncia que derivó en la restricción para el militar. Agregando que “mientras esté requerido por el crimen de la tortura (valiéndose de la eterna dilación del Poder Judicial), debe guardar una conducta intachable, y no una temeridad contraria a la consumación de los fines del proceso”.
Desde el CECIM, argumentaron que “la diferencia entre Taranto y Alonso es que uno está denunciado de haber torturado soldados; el otro no. Taranto puede adorar a Villarruel y su culto irrestricto a la teoría de los dos demonios, a las infusiones con Videla y esas prácticas abominables que, en definitiva, NO son las que se investigan ni ventilan en el presente”.
Fuente:
Chaco día por día
