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Milei reclama por Malvinas en la ONU sometiéndose al principal socio de Gran Bretaña

En el medio de un acuerdo de salvataje financiero que la administración Trump le dio al borde del derrumbe total de su gobierno, Milei le pidió a Gran Bretaña reanudar negociaciones.

24 de septiembre de 2025 21:21

Su reiterada manifestacion de admiración a figuras como la ex primera ministra británica Margaret Thatcher, restan credibilidad al presidente argentino toda credibilidad.

En el marco de la 80ª Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente argentino, Javier Milei, reiteró el "legítimo e irrenunciable reclamo" de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos argentinos del Atlántico Suroccidental. El mandatario instó al Reino Unido a reanudar las negociaciones bilaterales, en cumplimiento con la Resolución 2065/XX del organismo. Sin embargo, su pronunciamiento, realizado a 30 días de una elección nacional, no puede estar ajeno a las críticas ante la incoherencia entre lo que dice y hace, y las manifestaciones de la política exterior de su propio gobierno.

La postura de Milei en la ONU contrasta con la inacción de su gestión ante el avance británico en el sur marítimo e insular de la Argentina. Los hechos demuestran que el gobierno, lejos de presionar; colabora con los intereses británicos al abrir la economía argentina a inversiones inglesas a bajo costo. Además, no se han tomado medidas efectivas para contrarrestar el saqueo de recursos pesqueros y la exploración de hidrocarburos por parte de la colonia británica usurpadora.

El discurso de Milei también es controversial por su elogio al presidente estadounidense, Donald Trump. Esta admiración por una figura que representa a un aliado incondicional y estratégico en el campo militar de Gran Bretaña (ambos países son los pilares de la OTAN); pone en entredicho la estrategia del gobierno de Milei para recuperar las Malvinas. La aparente alianza con Estados Unidos, lejos de ser un camino hacia la soberanía de las islas, es una renuncia a una posición histórica de no alineamiento.

Las fuertes y sólidas versiones sobre un posible acuerdo entre el gobierno de Milei y Estados Unidos, que incluiría la instalación de una base militar en Ushuaia a cambio de un préstamo multimillonario, intensifican las dudas sobre la verdadera agenda del presidente en materia de política exterior y defensa de la soberanía.

En este contexto, las palabras de Milei en la ONU son gestos vacíos, desprovisto de un plan de acción concreto. Su crítica a la ONU y la agenda 2030, sumada a su admiración a figuras como la ex primera ministra británica Margaret Thatcher, restan credibilidad a su reclamo de soberanía y lo ubican en una posición paradójica: un líder que reclama la soberanía de Malvinas mientras abre las puertas a los intereses económicos y estratégicos de quienes la detentan. Su discurso, en definitiva, parece estar más enfocado en el consumo interno y en su campaña electoral que en una estrategia geopolítica seria para resolver la disputa por las Islas del Atlántico Sur.

 

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COMENTARIOS

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Héctor Gutiérrez hace 10 horas

Decididamente hasta que la cuestión Malvinas no sea una cuestión de estado todas las administraciones del gobierno nacional sean de la bandería política que sean, seguirán usando el tema para llevar agua solo a su molino.

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