Un excombatiente chaqueño relató los graves padecimientos durante la guerra de 1982

El veterano relató en primera persona los graves padecimientos que sufrió junto a sus compañeros en Malvinas. En su crudo testimonio hizo hincapié en los dos principales enemigos: el frío y el hambre, producto de la desidia de la oficialidad argentina.

20 de mayo de 2022 10:26

Soldados argentinos en Malvinas, durmiendo en carpas de lona, en medio de la nieve.

El diario Norte, de la ciudad de Resistencia, Chaco, publicó un extenso reportaje al excombatiente de la guerra de Malvinas, Abel Ceferino Saucedo, en el que éste relató la dramática serie de padecimientos que debió enfrentar en 1982, él y sus compañeros.

Su testimonio revela la inexistente planificación o previsión de parte de los altos mandos castrenses, que costó la vida de tantos jóvenes argentinos detrás de una aventura descabellada.

Saucedo es oriundo de Colonias Unidas, Chaco. Sin haber terminado el nivel secundario, debió comparecer al servicio militar obligatorio, con destino en el hospital militar de Curuzú Cuatiá, Corrientes.

El 7 de abril de 1982 le llegó el llamado para presentarse en Curuzú Cuatiá. Lo sumaron al regimiento de infantería 4 y 5 de Monte Caseros y Paso de los Libres.

A Malvinas llegó recién el 30 de abril, un día antes del primer ataque aéreo inglés. Junto a muchos soldados se instaló en carpa, cerca de la pista de Puerto Argentino, en la isla Soledad. “Empezamos a correr. Teníamos miedo. Después nos advirtieron que no podíamos disparar tanto, porque en los alrededores había campos minados y podíamos volar todos” relató ese bautismo de fuego, con los aviones Harrier bombardeando intensamente la pista para inutilizarla.

Dos factores remarcó Abel en relación con los padecimientos que sufrieron desde el día que pisaron el archipiélago: Frío y hambre.

“Teníamos frío, no nos alcanzaba la ropa para abrigarnos. No nos dábamos cuenta de que el frío cortaba la circulación de la sangre. Teníamos dificultad para movernos. El frío fue muy duro, fue el primer enemigo que tuvimos que vencer. Teníamos que vencerlo, porque si no nos moríamos”, describe sobre el primero.

“Se pasa hambre. La guerra con el hambre es muy difícil de aceptar. Una vez me dijeron que debíamos estar en primera línea, frente al mar. Cuando bajaba la marea íbamos a buscar caracoles, los hacíamos hervir y por lo menos comíamos eso” relata sobre el segundo.

El ex soldado reconoce en la entrevista que nunca alguien se recupera del todo de una guerra, como le tocó siendo tan jóvenes: “Por nuestras familias y por la gente que nos quiere, nos esforzamos y decimos que estamos bien. Pero no estamos bien. Hay un antes y un después de la guerra” grafica.

Abel consigna que comprobó en Malvinas que el soldado inglés más joven tenía entonces 28 años. De hecho, estando ya prisionero, uno de los británicos les dijo, asombrado, “Loco Galtieri, ¿cómo va a mandar a los chicos a la guerra?”. El fusil que ese soldado portaba “era diez veces mejor que los armamentos argentinos. La campera térmica era diez veces mejor que los abrigos argentinos”.

Finalmente, el veterano de Malvinas recordó que, gracias a sus padrinos, gente que en aquella época se ofreció para cuidar de ellos y de sus familias después de la guerra, pudo estudiar, entró a trabajar a la policía, por 20 años. También estudió abogacía, y más tarde representó a los 1.275 excombatientes chaqueños al asumir como director de la oficina de Malvinas del gobierno de esa provincia, durante tres años.

Fuente:

Diario Norte

https://www.diarionorte.com/217931-abel-saucedo-nuestra-primera-guerra-estaba-dentro-del-ejercito-argentino

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